En
Oxford Circus, una mañana más, se apean casi todas las personas que atestaban
el vagón. Entonces veo a una muchacha blanca de pelo largo que al fondo, recostada
sobre su asiento, finge dormir. Su imagen se me graba en la retina pero sé que
si ella abriese sus ojos y luego me mirase, podría olvidarla. Pero no alza sus
párpados, los mantiene cerrados como dos puños que buscan pelea. No aguanto
mucho tiempo, el traqueteo del tren me arrulla y he de claudicar ante otra
noche en blanco…
Cuando
despierto, aquella muchacha blanca de pelo largo se ha marchado. En su lugar
queda la inquietante calma de un vagón de metro vacío. Un señor ataviado con un
uniforme de guarda de seguridad me hace bajar en Brixton, final de trayecto del
Underground en el sur de Londres. Por supuesto, tras dar la pertinente vuelta
para ir al andén contrario, me monto en otro de esos trenes que diligentemente
transportan a miles de personas cada jornada por las entrañas de la metrópolis.
En realidad, no tengo nada mejor que hacer. Recorro el camino celeste de Victoria
Line catorce veces buscando a la muchacha blanca de pelo largo, pero no la
vuelvo a ver. Me martillea su recuerdo, su postura en el asiento, con las
piernas entreabiertas y sin medias, mientras fingía dormir.
Volviendo
a casa, sentado al fondo de un vagón de metro casi vacío, agarrado a la
sensación amarga de la derrota, caigo en mi propio juego: abro los ojos
regresando de un sueño falso y la muchacha blanca de pelo largo se halla de
nuevo en su asiento, pero en esta ocasión no finge dormir sino que es ella
quien me está mirando.
Precioso relato. Espléndido juego entre realidad e irrealidad. Pero esa es la estancia en que todo ser humano que viaja no solo físicamente, sino a través de su mente y su corazón, mejor se encuentra. A veces la casualidad nos ofrece algo imprevisto...y no lo podemos agarrar, se nos va, se nos escapa. Pero la memoria es capaz de guardar no solo lo que vivimos, sino también lo que soñamos. Me ha encantado. Lo llevo a NW.
ResponderEliminarGracias, Emilio, por pasarte por el blog y leer mis textos. En este en concreto trato el tema de las ensoñaciones, o sea, la forma en que inventamos el mundo cuando percibimos a las demás personas, y cómo en determinadas circunstancias estas fantasías se pueden volver realidad.
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