lunes, 8 de julio de 2013

Serpiente subcutánea

 

Serpiente subcutánea

 

 

Escarbas en nuestra carne, serpiente subcutánea,

nos haces heridas que lamemos

extasiados o inconscientes

y nos otorgas la rúbrica de tu poder

para que no dudemos de que estamos vivos.

 

Afilas tu piel con nuestra piel, lentamente,

escoges los mejores cortes

con sangre, con sed, nuestra carne es roja

en cada momento y después

del súbito chillido.

 

Observas nuestras cicatrices, serpiente subcutánea,

estos mismos surcos…, estas tres capas de piel…

y arrancas la primera, y luego sigues tirando

hasta que sucumbe la segunda,

y cuando la tercera capa lucha por evitar el derrame,

nos observas por dentro, lentamente,

y no lo dudas y clavas tus colmillos

con absoluta minuciosidad

para traer la punzada del dolor que celebra

la abyección de la propia sangre.





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