martes, 18 de diciembre de 2018

Dónde




La vertiginosidad de tus palabras
y la transparencia de tu aliento
envuelven el mundo con firmeza.

¿Dónde guardas el rostro?
¿Dónde exhala tu conciencia?
¿Entre la piedra y el agua?
¿Entre el ala y el vuelo?

No te lamentes,
cada latido es un remolino arrebatado,
cada invocación enardece el alma.

¿Cómo amalgamarse con el fulgor?
¿Cómo ausentarse de lo inanimado?
¿Con la memoria?
¿Con el desconcierto?

Tu lenguaje ancestral crepita
en el firmamento,
los astros reniegan de la muerte.


Jean-Jacques Rousseau: masoquista y exhibicionista



<Jean Jacques Rosseau confesó tan abiertamente su gusto por el azote que la perversión del escritor es un hecho admitido. "Había encontrado en el dolor, incluso en la vergüenza, una mezcla de sensualidad que me había dejado con más deseo que temor de volver a experimentarlo de la misma mano." El masoquismo y el exhibicionismo, que desempeñaron un papel tan esencial en su juventud, encontraron una forma sublimada en la escritura y la filosofía. "Buscaba alamedas oscuras -cuenta-, cobertizos ocultos donde pudiera exponerme de lejos ante las mujeres, en el estado en que querría haber estado ante ellas (...). El estúpido placer que me producía exhibirme ante sus ojos es indescriptible." Esta tendencia instintiva al exhibicionismo es comparable a la forma impúdica en que se desnuda en las Confesiones. La obra no es en este caso más que el reflejo de la personalidad.>

("El genio y la locura", de Philippe Brenot, Ediciones B, 1998, páginas 123-124).